23/12/2024
por Nasser Kandil
• El Ministro de Asuntos Exteriores de Turquía, Hakan Fidan, no pudo contenerse y actuó como si fuera el Alto Comisionado de un Mandato Turco sobre Siria. Al ocupar su puesto, hizo caso omiso de los protocolos más sencillos de las relaciones entre Estados independientes.
• A pesar de su intento de mantener un tono precavido en sus declaraciones, Fidan, un hombre moldeado por su liderazgo en la inteligencia turca, no logró ocultar una actitud condescendiente que dicta a Siria cómo debe ser. Habló de una “fase de transición” como si lo hiciera en nombre de los sirios y pidió a los árabes que regresaran a Siria bajo su autoasignado papel de mecenas y custodio.
• Fidan no se esforzó en ocultar la visión de Turquía de construir un Estado a todos los niveles. Sin embargo, lo expresó en términos de “establecer un sistema para proteger a las minorías en Siria y redactar una nueva Constitución que respete a todas las sectas”. No mencionó ni una sola vez la idea de un Estado inclusivo para todos los sirios, un Estado democrático o un Estado civil. En cambio, su visión era la de un mero “Estado”, un Estado encargado de salvaguardar a las minorías y conceder a las sectas la libertad de practicar sus rituales religiosos. Esto refleja el concepto de Estado del Partido de Justicia y Desarrollo, que no ha podido imponer en Turquía debido a las limitaciones internas y externas que defienden su carácter laico.
• El Alto Comisionado dedicó la mayor parte su intervención a la cuestión de la lucha contra el terrorismo. En su opinión el terrorismo se limita a las fuerzas Kurdas FDS. En cuanto a los grupos designados como organizaciones terroristas por las Naciones Unidas, en su opinión no lo son. Turquía, admitió, se limitó a complacer a la ONU aceptando estas clasificaciones e incluso pidió su retirada. Por el contrario, los grupos Kurdos -protegidos por el apoyo explícito de Estados Unidos, aliado clave de Turquía en la OTAN- son el verdadero terrorismo que hay que erradicar. Fidan no dudó en afirmar que si Damasco no consigue eliminar a estos grupos, Turquía tomará cartas en el asunto. Esto indica efectivamente que Siria se encamina hacia la guerra en el norte, independientemente de la voluntad de su pueblo.
• En este contexto, se están realizando esfuerzos entre el norte de Siria y Damasco para mediar en el diálogo político e intercambiar propuestas sobre asuntos como la constitución y el ejército. Sin embargo, Fidan rechaza de plano estos esfuerzos, declarando que no tiene tiempo para tales discusiones. Para él, se trata de un simple ultimatum: abandonen las armas o estallará la guerra.
