ترجمات

Un Inferior Israel En Lugar de Un Gran Israel

Poniendo los puntos sobre las íes

17/01/2025

 Nasser Kandil

• Las trayectorias estratégicas de entidades, estados y naciones no están determinadas por los rápidos acontecimientos de la superficie, especialmente en tiempos de guerra. En lugar de ello, se asientan en las profundidades del océano, bajo las olas, sentando las bases para transformaciones en las mareas, los ritmos gravitatorios y, finalmente, dando lugar a terremotos, volcanes o tsunamis. Aunque los responsables de la toma de decisiones se engañen pensando que pueden escapar a la catástrofe con astucia, la historia demuestra que no perdona a los embaucadores y sólo juega con los verdaderamente sabios. Lo que está ocurriendo en Palestina y en la región al término de la guerra de Gaza -y lo que aún está por ocurrir- es un testimonio de estos profundos cambios estratégicos.

Todas las guerras de la entidad ocupante en la región, independientemente de su escala o de las victorias o reveses que produzcan, siguen siendo secundarias en el contexto más amplio de su futuro. Palestina es el epicentro, sus guerras la lucha original y existencial, que trasciende la mera estrategia. En medio de la confusión provocada por la polvareda política y la niebla mediática en torno a los fracasos Israelíes en Líbano y Yemen, Gaza emerge victoriosa, asestando un golpe decisivo a quienes creían poder ganar mediante avances graduales.

Palestina, como geografía donde se decide existencialmente el futuro de la entidad, es también el frente desde el que se han ramificado todas las demás guerras bajo la bandera de apoyar su defensa. Sólo aquí, los líderes Estadounidenses, Israelíes y de la OTAN declararon al comienzo de la guerra su objetivo de desarraigar a la resistencia y eliminar a Hamás. A pesar de que muchos se retractaron posteriormente de esta retórica, Washington y Tel Aviv la mantuvieron como norma para la victoria. Hoy, según todos los parámetros, tanto Estadounidenses como Israelíes admiten el fracaso, no sólo la ausencia de una victoria decisiva, como afirman en el Líbano, sino el fracaso absoluto en la conquista de sus objetivos estratégicos.

• Este fracaso estratégico a la hora de erradicar la resistencia de Gaza obliga a reevaluar el concepto de seguridad nacional israelí tras la Inundación Al-Aqsa. El consenso predominante es que la coexistencia de una entidad estable con una sensación existencial de seguridad junto a la resistencia armada en el sur o en el norte es imposible. Tras reconciliarse con el fracaso en la obtención de este objetivo en el norte -oculto bajo la apariencia de zona tampón al sur del río Litani impuesta por el ejército Libanés y la FPNUL, el mayor fracaso en Gaza ha reintroducido la cuestión existencial planteada desde la Inundación Al-Aqsa.

• Las divisiones actuales dentro de la entidad, y su posible expansión, son manifestaciones de este fracaso existencial. Como predijo Foreign Affairs, el final de la guerra de Gaza sin una victoria decisiva deja a la entidad ante tres escenarios de posguerra: El primero es la división de la entidad en dos gobiernos, con los colonos declarando un gobierno independiente. La segunda, una entidad unificada que se sume en una guerra civil entre colonos y población urbana, respaldada por las instituciones de la entidad. El tercero es un escenario de “Somalización” de colapso económico, migración masiva inversa y la aparición de un Estado fallido parecido a una república bananera en la parte inferior de la jerarquía mundial.

• En 2010, la Ex Secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton advirtió en una reunión del AIPAC del sombrío futuro que aguardaba a Israel. Señaló que la entidad no podía seguir siendo judía y democrática al mismo tiempo que controlaba toda la Palestina histórica entre el río y el mar. El balance demográfico no favorece una dominancia judía. Garantizarle derechos de voto a los Palestino despojaría al Estado de su identidad Judía, mientras que insistir en su judaísmo eliminaría su carácter democrático. Los intentos de cambiar este equilibrio mediante la inmigración han fracasado, y la entidad no puede superar el crecimiento de la población Árabe. Junto con el creciente protagonismo de la guerra de misiles, la posibilidad de lograr victorias decisivas se ha hecho cada vez más esquiva. Ese sombrío futuro se vislumbra ahora más cercano.

• Con el fracaso de la entidad en los frentes de Gaza, Líbano y Yemen, las nociones de “Gran Israel”, “Poderoso Israel” y “Glorioso Israel” se han derrumbado. Lo que queda es una puerta abierta para una realidad que los líderes de la entidad no están listos para aceptar: Un Inferior Israel. La lucha actual entre los patrocinadores de la entiéndase se centra en la producción de líderes dispuestos a aceptar esto bajo la apariencia de una solución de dos Estados, mientras que conflictos más amplios alimentan escenarios que se alinean con las advertencias de Foreign Affairs: todos ellos signos de un imperio que se desvanece.

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