11/12/2024
por Nasser Kandil
• Se están produciendo cambios en la forma en que el primer ministro de la entidad ocupante, Benjamin Netanyahu, y los dirigentes de Hamás abordan las negociaciones encaminadas a alcanzar un acuerdo en Gaza. Este acuerdo incluiría un intercambio de prisioneros y un alto el fuego, lo que lo hace más factible que nunca.
• El intento de Netanyahu de enmarcar el alto el fuego con la resistencia en Líbano como una victoria, a los ojos de la opinión pública dentro de la entidad ocupante, fracasó. Sin embargo, la repentina escalada en la escena Siria como un acontecimiento regional importante tomó por sorpresa tanto a sus partidarios como a sus oponentes. Esto dio a Netanyahu la oportunidad de proyectar un gran triunfo mediante el espectáculo de cientos de bombardeos aéreos que diezmaron las capacidades del ejército sirio. Estos ataques coincidieron con la expansión de la entidad ocupante más allá de los Altos del Golán hacia territorio Sirio, así como con la retirada de Irán de Siria y la interrupción de sus líneas de comunicación con Hezbolá a través de suelo Sirio. En consecuencia, la preocupación por las concesiones que faciliten el camino hacia un acuerdo sobre Gaza -que podrían desestabilizar al gobierno de Netanyahu o hacerlo parecer derrotado ante la opinión pública- ha disminuido.
• En el frente de Hamás, a pesar de su capacidad para oponer resistencia, y del continuo apoyo Yemení, la escalada en Siria ha eclipsado el resto de acontecimientos. Se espera que este enfoque persista por semanas, sino meses, sobre todo si surgen graves repercusiones, como se especula ampliamente. Como resultado, las masacres en curso por parte de la entidad ocupante continuarán sin influir en la opinión pública mundial ni presionar a Netanyahu para que acelere una respuesta. La dirigencia de Hamás no ve ningún inconveniente en buscar un acuerdo con condiciones menos estrictas. Con la mediación de Egipto y Qatar, podrían alcanzarse compromisos que satisfagan gradualmente los objetivos de Hamás, aunque mediante concesiones graduales.
• La fórmula propuesta que se está discutiendo permite a Netanyahu parecer inflexible mientras da tiempo a Hamás para conseguir sus demandas. Esta fórmula implica un alto al fuego de 60 días, un intercambio de prisioneros por motivos humanitarios y negociaciones para poner fin a la guerra y programar la retirada. El comité conjunto entre Hamás y Fatah para gestionar Gaza en la posguerra, y supervisar la reconstrucción, permite a Netanyahu afirmar que Gaza no ha vuelto únicamente al dominio de Hamás.
• El Presidente de los Estado Unidos, Joe Biden, necesita que la guerra en Gaza termine antes de que concluya su mandato, al igual que al Presidente Electo Donald Trump, le gustaría asumir el cargo con la guerra resuelta. Por su parte, Netanyahu trata de sortear estos cambios sin enemistarse con ninguno. Esto es especialmente importante en medio de las transformaciones regionales en las que Washington, con su Estado Profundo alineado con los Demócratas, y el Congreso de Trump, con mayoría Republicana, desempeñan papeles fundamentales.