19/12/2024
por Nasser Kandil
• Los periódicos de la entidad ocupante reportan sin vergüenza alguna una declaración del comandante de una brigada operando en Gaza, quien describió un camino en Netzarim como “el Camino de los Perros”, donde los cuerpos de los mártires son desechados y dejados para ser devorados por los perros.
• Este informe es una acusación contra los gobiernos Occidentales que apoyan incondicionalmente a la entidad ocupante mientras nos sermonean sobre derechos humanos. Es también una acusación contra las Naciones Unidas, sus agencias, los tribunales internacionales con todos sus nombres, y las organizaciones de derechos humanos de todo el mundo.
• Pero, sobre todo, este informe es una mancha de vergüenza en la frente de cada gobiernoÁrabe e Islámico, una marca grabada entre los ojos de cada figura intelectual y de élite del mundo Árabe que asegura defender los derechos humanos. Estas mismas figuras pueden movilizarse y hablar por semanas y meses sobre un caso que bien puede merecer solidaridad, coma la grave situación de la activista Iraní Mahsa Amini, pero permanecen sorda, ciegas y mudas cuando se enfrentan al salvajismo sin precedentes contra la humanidad en Palestina,
• Lo más desconcertante es que entre los Árabes, sólo las naciones más débiles, más pobres, y más pequeñas en términos de población y recursos se han levantado en favor de Palestina y su tragedia. Son los países cuyas tierras han sido devastadas, cuyos pueblos han pasado hambre -como Líbano, Irak y Yemen- los que se han solidarizado. Mientras tanto, las poderosas y ricas naciones árabes, con sus vastos territorios, sus relucientes espadas, su inmensa riqueza, sus enormes arsenales y sus decenas de millones de habitantes, guardan un llamativo silencio.
• Quizá Gaza esté a punto de llegar a un acuerdo de alto el fuego y ni siquiera necesite que estas naciones presionen al amo de la guerra, Estados Unidos, al que alaban sin cesar día y noche. Pero, ¿podrían al menos dignarse a proporcionar mortajas y equipos de sepultura para recuperar lo que queda de los cuerpos de los mártires antes de que los perros los devoren por completo? ¿Podrían al menos llamar a su aliado estadounidense para obtener el permiso de la ocupación para llevar a cabo esta tarea mortuoria? Porque parece que ésta se ha convertido en la última y más modesta esperanza que la población de Gaza tiene de ellos.