20/12/2024
por Nasser Kandil
No hay espacio para el debate sobre las catastróficas condiciones que enfrenta el pueblo Palestino en Gaza, donde el hambre, el frío y las enfermedades cobran vidas tan implacablemente como los brutales y criminales golpes del ejército de ocupación. Sin embargo, la firmeza y resistencia de los habitantes de su tierra siguen siendo inquebrantables. Su negativa colectiva a rendirse o a volverse contra la resistencia se hace eco de su inquebrantable determinación.
En medio de estas terribles circunstancias, los jóvenes combatientes de la resistencia -dirigidos por las filas de las Brigadas al-Qassam y las Brigadas al-Quds- siguen operando, sorprendiendo a las fuerzas de ocupación con tácticas innovadoras y métodos avanzados en sus operaciones. Es como si Gaza se hubiera convertido en una escuela de planificación estratégica, exudando confianza en sus capacidades, liderazgo, estructura y en la inquebrantable confianza de su pueblo.
La experiencia en Gaza se ha convertido de hecho en un profundo modelo de resistencia. Ayer mismo fuimos testigos de un nuevo capítulo de heroísmo a través de una notable operación de la resistencia en la asediada y devastada Jabalia. Un joven combatiente consiguió apuñalar a un soldado de la ocupación, apoderarse de su arma, y enfrentarse a quemarropa a otros tres soldados, abatiéndolos, todo ello en cuestión de segundos.
El escenario desarrollándose hoy en Gaza revelarán su impacto tras el alto al fuego. El salvajismo y los crímenes de la entidad ocupante sólo profundizarán la convicción del pueblo Palestino en su opción de Resistencia. Esta vez, la resistencia no dependerá de líneas de suministros; a lo largo de los años, ha transformado su depósito de armas más vital en las mentes de sus combatientes. Estos combatientes pueden reconvertir proyectiles Israelíes sin explotar y fragmentos de misiles detonados en materiales para fabricar cohetes, proyectiles y explosivos. Además, la resistencia ha progresado hasta desarrollar y fabricar sus propios drones.
Gaza, emergiendo de esta guerra, irradiará inspiración por toda Palestina. La primera chispa prenderá en Cisjordania, donde los intentos de estrechar el control y coordinarse con los ocupantes resultarán inútiles. Los Palestinos han superado las ilusiones de las negociaciones y las falsas esperanzas del apaciguamiento. Los líderes presos liberados traerán consigo una experiencia duramente ganada, tras haber establecido otra escuela de resistencia entre rejas.
Después de la Inundación al-Aqsa, Palestina entra a una nueva era de heroísmo y valor, una etapa marcada por una determinación inquebrantable y una valentía sin límites.