30/12/2024
Nasser Kandil
• Muchos analistas Turcos están estudiando actualmente la postura de Estados Unidos ante los proyectos Turco e Israelí, especialmente a la luz de los importantes cambios geopolíticos en Siria. Estos cambios han provocado reverberaciones regionales e internacionales, en cuya configuración Turquía desempeña un papel central. Los comentaristas Turcos expresan frustración en Ankara por lo que perciben como ingratitud Estadounidense e Israelí por los logros de Turquía, que han reportado beneficios tanto a Washington como a Tel Aviv sin incurrir en costes. Entre ellos se incluye la eliminación de un régimen que Estados Unidos e Israel declararon en repetidas ocasiones que querían derrocar pero carecían de una hoja de ruta para lograrlo, el debilitamiento de la presencia de Rusia en Asia Occidental, la expulsión de Irán de Siria y el corte de las líneas de suministro de Hezbolá a través de Siria.
Ankara había previsto la aprobación Estadounidense e Israelí de los beneficios esperados por Turquía, como la resolución de la cuestión armada Kurda en el este de Siria, el levantamiento de las sanciones a Siria, la exclusión de Hay’at Tahrir al-Sham (HTS) de la lista de organizaciones terroristas y la creación de condiciones favorables para un nuevo régimen respaldado por Turquía. Sin embargo, Washington y Tel Aviv parecen haber cosechado sus beneficios y ahora pretenden extorsionar a Turquía en todo momento. Ankara percibe las actividades Israelíes en el sur de Siria, incluidos los ataques a activos militares Sirios, como provocaciones deliberadas destinadas a avergonzar a los nuevos dirigentes sirios y debilitar su imagen a nivel nacional. Esto es especialmente delicado teniendo en cuenta los Altos del Golán Sirios ocupados, que Tel Aviv, con el apoyo de Washington, ha declarado anexionados. Además, las declaraciones de Estados Unidos sobre las sanciones y los grupos armados Kurdos sugieren que los acontecimientos no se ajustan a las expectativas de Ankara.
• Funcionarios Turcos sugieren que Ankara está esperando a que el presidente Donald Trump asuma el cargo para poner a prueba su aparente respaldo al papel de Turquía en Siria. Les preocupa especialmente si esto se extiende a los grupos armados Kurdos y a la presencia militar de Estados Unidos en Siria, como indican las declaraciones previas de Trump. La ansiedad de Ankara se deriva de dos factores: en primer lugar, la resistencia anticipada del Estado profundo de Washington, especialmente el Pentágono, que aboga por una mayor presencia estadounidense en Siria y el mantenimiento de la autonomía de los grupos armados kurdos, potencialmente reflejando la estructura federal de Irak con el control Kurdo sobre los pozos petroleros. En segundo lugar, Ankara teme que la priorización de los intereses Israelíes por parte de Trump consolide la expansión Israelí en el sur de Siria y el apoyo a las estructuras militares Kurdas como activos estratégicos para Tel Aviv. Esto podría incluir una mayor expansión territorial bajo el pretexto de las necesidades de seguridad de Israel, ya que Trump ha respaldado anteriormente las aspiraciones territoriales de Israel.
Ankara también desconfía de las exigencias Estadounidenses que vinculan el levantamiento de las sanciones y la exclusión de la lista de HTS a condiciones estrictas, lo que podría someter tanto a Ankara como a Damasco. Los funcionarios Turcos afirman que Ankara no cederá, habiendo invertido fuertemente en su campaña Siria. En consecuencia, Turquía ha empezado a enviar señales conciliadoras a Moscú y Teherán a través de los dirigentes Sirios para contrarrestar los posibles virajes Estadounidenses.
• Los analistas de Washington dudan de que sea fácil excluir a HTS de la lista de organizaciones terroristas, dada su designación por las Naciones Unidas, que la vincula a violaciones de los derechos humanos y a causas judiciales que no pueden ignorarse. Además, el levantamiento de las sanciones está supeditado a esta exclusión de la lista, ya que las sanciones impuestas por violaciones de los derechos humanos no pueden eliminarse mientras la entidad gobernante siga designada como terrorista. Estados Unidos reitera los requisitos de su marco de sanciones, que incluyen la aplicación de la Resolución 2254 de la ONU, el avance de los derechos de la mujer, la garantía de la representación de todos los componentes sirios en el gobierno, la celebración de elecciones parlamentarias y presidenciales bajo una nueva constitución, y ahora la condición añadida de retirar la designación de terrorista a la entidad gobernante. Si las reformas constitucionales y electorales pueden llevar hasta cuatro años -como ha indicado el líder del órgano de gobierno en funciones-, la eliminación de la designación terrorista no llegará antes. Es preferible que esa petición proceda de un gobierno elegido que represente a todos los segmentos del pueblo Sirio, incluida una representación Kurda significativa.
• En Tel Aviv existe un sólido compromiso para mantener la libertad de movimiento en Siria, que se extiende hasta las afueras de Damasco, y el control sobre el monte Hermón y sus tierras altas circundantes, consideradas esenciales para la seguridad de “Israel”. Esta ambición concuerda con la doctrina militar de larga data que considera los Altos del Golán como la posición estratégica del Estado: sus ojos, sus oídos y su línea vital. Anteriormente, la entidad ocupante compartía el control de los Altos con el Estado Sirio, y esta doble presencia le causaba un constante estado de inquietud. Sin embargo, ahora que es posible monopolizar el control de las alturas, no hay vuelta atrás. Nada puede obstaculizar este proyecto, incluida la conversión de la llanura del Hauran en una zona tampón, aunque ello implique el desplazamiento de miles de habitantes de pueblos y ciudades.
• Todos estos acontecimientos sugieren que el periodo de luna de miel entre el trío Turquía-Estados Unidos-Israel en Siria, que finaliza el 8 de enero, podría no renovarse. Las visiones enfrentadas del “Gran Israel” de Tel Aviv y el “Nuevo Otomanismo” de Ankara parecen cada vez más incompatibles.