18/01/2025
por Nasser Kandil
• A quienes abandonaron Gaza les queda poco para justificar su traición, salvo enmarcar la lucha de Gaza como una derrota. Reconocer la victoria de Gaza expondría su complicidad, mientras que promover la narrativa de la derrota les permite afirmar que evitaron una catástrofe como la que se abatió sobre Gaza y Líbano. Alaban la sabiduría de sus gobernantes y afirman que, al mantenerse al margen de la “temeraria guerra desatada por la Inundación”, evitaron a sus países los riesgos de una derrota y se entregaron a su amor por la vida a través del baile, el canto y el entretenimiento.
• El reto para estas personas es que el estado de ánimo de la opinión pública mundial y regional -en todo el mundo Árabe e Islámico- celebra la victoria de Gaza. La entidad ocupante no consiguió desplazar a la población de Gaza, acabar con su resistencia, recuperar a sus prisioneros por la fuerza, mantener el control sobre ninguna parte de Gaza ni mantener la guerra abierta con la opción de reanudarla a voluntad. Esto no deja ningún pretexto ni excusa a quienes intentan atribuir al ocupante una victoria que no pudo conseguir. En los próximos días, las repercusiones que sacudirán la unidad y la estabilidad de la entidad consolidarán aún más el triunfo de Gaza, haciéndolo imposible de negar.
• Con la victoria de Gaza, surgirá la innegable comparación entre las acciones de varios Estados Árabes, sus pueblos y gobiernos, y lo que Yemen logró en apoyo de Gaza y Palestina. Durante los largos meses de guerra, sólo Yemen llenó constantemente sus plazas con millones de personas que coreaban a favor de Palestina, semana tras semana. Yemen se mantuvo firme, lanzando misiles y drones a las profundidades del territorio de la entidad ocupante hasta el momento en que entró en vigor el alto el fuego. Durante más de un año, Yemen desafió la capacidad militar Estadounidense e Israelí, imponiendo un bloqueo en el Mar Rojo que impedía el paso de los barcos destinados a los puertos de la ocupación. Yemen se ha ganado por derecho propio el título de verdadero socio en la victoria.
• El ejemplo de Yemen será una de las lecciones más significativas de esta guerra. ¿Cómo pueden los ricos y poderosos Estados Árabes afirmar que fueron impotentes para ayudar a Gaza y Palestina ante una guerra brutal que conmocionó al mundo? Yemen, con sus acciones, demostró lo contrario. A pesar de estar empobrecido, bloqueado y asediado, Yemen demostró que cuando hay voluntad, hay manera. Desafió al mundo árabe, demostrando que sí los más débiles entre ellos podían lograr tanto, el resto podría haber hecho aún más, pero no quisieron. La experiencia de Yemen es un testimonio: cuando hay determinación, todas las naciones Árabes pueden convertirse en Yemen.